El pasado puente de la Inmaculada decidimos hacer una visita a mi siempre querida Val d'Aran. Para mi, junto con Arcalaska, la zona más bonita, relajante y espectacular de los Pirineos. La Val d'Aran siempre me ha dado buenos momentos. Y sus gentes... ¿qué decir de sus gentes? La familia Vilches-Caubet primero, y la familia Perisé después, nos han proporcionado siempre una atención, un afecto y una calidez difícil de poder devolver. ¡Muchas gracias siempre por todo!
Para los que estéis interesados en nuestro inicio de temporada de esquí de montaña, podéis pasaros por el Blog de Víctor, dónde nos cuenta detalladamente cómo fueron nuestras odiseas por el Tuc deth Pòrt de Vielha (2605 m), y la ascensión y cutre-descenso al Cap de Closos (2416 m).
A continuación os cuelgo algunas de las fotos que se pudieron hacer de las dos zonas. Como siempre, nos hubiera gustado hacer más fotos, incluso algún vídeo. Pero entre las temperaturas que hacen que menosprecies la vida de tus dedos, y los problemas en los últimos metros de la ascensión, nos impidieron tomar más imágenes. De esto último simplemente diré que es cierto: es cierto eso que dicen que ves tu vida pasar en fotogramas antes de morir. Aun no logro entender como conseguí hacer los últimos 100 metros hasta la cima del Cap de Closos.
Aun así, una maravilla. Re-aprendí a querer y respetar a la montaña. Disfruté del ascenso como jamás hubiera imaginado. Me gusta la montaña. El hecho de tener un punto de vista diferente a cada metro de desnivel que asciendes. Una luz nueva, un sonido nuevo, el aire, el frío, el calor... En definitiva, las sensaciones que te ofrece la montaña a cada paso que das son de una descontaminación y simplificación mental de un valor incalculable.
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