Hoy intentaremos abrir la mente sobre uno de los aspectos que quizá más preocupa a los practicantes de disciplinas de montaña, los aludes.
Primeramente me gustaría mencionar que no soy un experto en el tema, de manera que quizá alguien nos podría dar mejores explicaciones o consejos.
Durante la temporada 2009/2010, sólo en las zonas del Pirineo (español, andorrano y francés) hubo un total de 14 víctimas mortales relacionados con aludes. A ello hay que sumar una víctima más en los Picos de Europa. Estas son cifras terribles que han disparado las alarmas.
Podríamos preguntarnos, ¿por qué se ha elevado tanto el número de accidentes relacionados con aludes? La respuesta podría ser rápidamente la gran afluencia de personas en las montañas.
Los analistas nos hablarán de la importancia del factor humano (actitud, instinto de grupo, rapidez en la toma de decisiones, temperamento), aunque también son importantes otros factores. La meteorología, la mayoría de aludes ocurren durante o justo después de un temporal de nieve, ya que nuevas nieves se añaden al manto previo, creando efectos de sobrecarga. También, un rápido ascenso de las temperaturas puede provocar un descenso de la estabilidad. Finalmente el terreno, a mayoría de avalanchas ocurren en laderas de pendientes entre 30º y 45º de inclinación, además de producirse en terrenos convexos.
Personalmente creo que para analizar correctamente los distintos factores in situ que podrían provocar un alud, deberíamos realizar una formación profunda. Deberíamos ampliar nuestros conocimientos y realizar una gran labor en pedagogía a los colectivos de riesgo.
Para ello, mi consejo número uno sería el de acudir al mayor número posible de cursos teóricos y, por supuesto prácticos, donde los expertos nos enseñen todos los mecanismos que intervienen en la prevención, detección y seguridad en situaciones de riesgo de aludes, así como cursos de rescate que se suelen hacer a menudo.
Mi consejo número dos, que no por ello menos importante, es que TODOS los practicantes de cualquier disciplina con posibilidad de riesgo de aludes deberían (por obligación moral) llevar consigo un ARVA, una sonda y una pala. No analizaré aquí como utilizar cada uno de estos aparatos, ya que como he dicho, para eso están los cursos realizados por expertos. Sólo diré que el ARVA permite reducir en tiempo de búsqueda de manera sorprendente, hasta el punto que será mediante el ARVA con lo que menos tiempo estaremos trabajando en una situación de rescate. Para ello hay que hacer tests y pruebas para poner en práctica su uso con el fin de saber utilizarlo correctamente. Sin embargo, el mayor tiempo empleado durante el rescate será con el sondeado y el paleado, por lo que debemos aprender correctamente qué hacer para optimizar el rescate.
Como podemos ver en el gráfico adjunto, se presentan una serie de datos que justifican todas las medidas mencionadas. Las posibilidades de supervivencia entre los desenterrados de un alud en los primeros 15 minutos es del 92 por ciento. A los 30-35 minutos, la tasa de supervivencia se reduce dramáticamente hasta el 37 por ciento. A partir de este punto la tasa de éxito es prácticamente nula.
Así pues, desde aquí, os animo a que toméis consciencia de los riesgos que se pueden correr en la montaña durante la práctica de sus distintas variantes deportivas. Que os animéis a tomar cursos de seguridad en la montaña y que se difunda a cualquier persona la importancia del uso correcto del material de seguridad obligatorio.
Os dejo el link de una de las webs más importantes en este campo: La Asociación para el Conocimiento e la Nieve y los Aludes (ACNA), donde encontraréis múltiple información divulgativa, de cursos y demás datos interesantes al respecto.
http://www.acna.cat
